De hecho, existen muchos mitos en relación a las conductas suicidas, los que desvían una correcta atención y no ayudan en nada a la persona que lo necesita. En realidad, solo obstaculizan un correcto acercamiento y prevención por parte de la comunidad más cercana.
Entre los mitos más frecuentes, están los dichos: “si realmente se quiere suicidar no lo dice”, “quienes intentan suicidarse no desean morir, solo intentan llamar la atención” o “quien dice que se va a suicidar, no lo hace”. Estas frases son sólo algunos ejemplos de estas concepciones erróneas sin base científica, que solamente se basan en juicios y valores equivocados.
Sin embargo, sí existen algunas señales a las que el círculo más íntimo de una persona puede estar alerta. Según se detalla en el manual “Recomendaciones para la prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales”, lanzado por el Minsal, las señales se dividen en indirectas y directas.