Como cada mes, reconocemos a una mujer en Históricas. Para finalizar este año, guardamos este espacio para una chilena que, aunque pasen los años, sigue marcando pauta en las aulas por su legado literario: Gabriela Mistral.
Nos referimos a la poetisa Gabriela Mistral, una de las principales referentes de la poesía femenina universal, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945.
Fue la primera persona de América Latina en ganar el premio Nobel de Literatura –y la única mujer de la región que ha conseguido dicha distinción hasta el día de hoy–. Luego en 1951, fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura.
Lucila Godoy Alcayaga – su nombre real – nació en Vicuña y vivió su infancia en localidades del Valle del Elqui. Si hoy recorres esos rincones, seguro te llevarás un pedacito de su historia contigo.
Homenajeada con esculturas y con una calle que lleva su nombre, también existe el Museo Gabriela Mistral y la Casa Escuela (Montegrande), donde ella pasó su infancia y que hoy es Monumento Nacional.. Ahí mismo, descansan sus restos en el Mausoleo, tambi´én abierto al público.
Entre poemas y las aulas
Influenciada por su hermana, Mistral inició su carrera como docente cuando tenía sólo 15 años, y su foco sería el desarrollo y la protección de los niños.
En esos jóvenes inicios donde empezaba a forjarse como maestra, también lo hacía como escritora.
Sin embargo, debió superar obstáculos propios de la época, pues no pudo ingresar a la Escuela Normal de Preceptoras de La Serena, debido a la resistencia que despertaron algunos poemas suyos en círculos conservadores locales, que los calificaron como “paganos” y “socialistas”.
Por ello, migró a Santiago, donde consiguió profesionalizarse y empezó a hacer clases en diferentes escuelas del país.
Sin embargo, sus poemas nunca pasaron desapercibidos, y su rol fundamental en la educación del país, tampoco.
La poetisa escribía sobre la infancia, el amor maternal y la naturaleza, pero también creó textos de una pasión ferviente, incluso de erotismo entre mujeres, textos llamativos y controversiales para la época y el tradicionalismo de Chile.
En 1922, Gabriela viajó a México para colaborar en la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares en ese país. Ese mismo año, comenzaría a internacionalizar su carrera con “Desolación”, texto que apareció en Nueva York y con el cual adquirió reconocimiento siendo considerada como una de las mayores promesas de la literatura latinoamericana.
Esto marcó el inicio de una serie de publicaciones de la poetisa nacional en tierras extranjeras. En México se edita Lecturas para Mujeres en 1923 y un año más tarde en España se publica Ternura.
El misterio de su vida amorosa
Mistral mantuvo su vida personal en estricta reserva y se mantuvo soltera toda su vida, por lo que gran parte de sus relaciones han sido interpretadas a través de su trabajo literario.
Uno de los temas más controvertidos respecto a Mistral, fue un supuesto romance con su asistente, Doris Dana.
Aunque ella rechazó los comentarios sobre su lesbianismo en sus diarios íntimos, e indicó que esto habría sido una de las razones por las que se alejó de Chile durante sus últimos años, sus escritos y cartas con Dana despertaron la curiosidad de muchos.
Ambas se conocieron en 1949 y se mantuvieron inseparables hasta el fallecimiento de la poetisa, en 1957.
En su testamento, Dana fue nombrada como su albacea y custodió el legado de la poetisa por más cincuenta años.
Esta cercanía llevó a María Elena Wood, documentalista, a estudiar los últimos años de vida de la poeta. Y en 2010 estrenó “Locas mujeres”, un documental sobre la relación romántica entre la poeta y la estadounidense, basándose en 40.000 documentos personales de la escritora chilena.
El hecho que Dana fuese su pareja, habría generado, según la documentalista, un conflicto en el mundo mistraliano tradicional. “La preferían loca que lesbiana”, dijo en una entrevista a la BBC.
Mira el trailer del documental aquí.
El Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile conserva actualmente el más importante fondo documental dedicado al legado de Gabriela Mistral, compuesto por 563 piezas.