Para cerrar el mes de octubre, no podía faltar una #Histórica acorde a nuestro contenido “de miedo” del mes, por lo que te presentamos a la escritora Mary Shelley. Su novela gótica Frankenstein la mantiene aún como autora de un clásico de la literatura, a pesar de que han pasado más de 200 años.
Mary Wollstonecraft Shelley fue una escritora británica nacida en 1797, que marcó un importante precedente en el rol de la mujer novelista, independiente y feminista para la época; no sólo porque fue la autora de la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), sino por cómo logró plasmar su vida e ideología, a través del simbolismo presente en sus obras.
El clásico que todos conocemos, fue publicado de manera anónima en sus dos primeras ediciones. No fue sino hasta la tercera que apareció recién el nombre de su autora, quien terminaría siendo aclamada por su trabajo literario.
Impresiona que a más de 200 años de la publicación de esta obra, ésta sigue formando parte de los clásicos para leer entre las distintas generaciones de lectores, inspirando a varias adaptaciones en cine y teatro.
Además, varias otras corrientes adoptaron los textos de Shelley como luces que guían en la oscuridad, tal es el caso del movimiento gótico, un estilo de vida que adopta mucho del romanticismo del siglo XIX.
SU Familia
Los padres de Shelley fueron sin duda su inspiración para seguir el camino intelectual. Su padre, fue el filósofo político William Godwin y su madre, la filósofa Mary Wollstonecraft, escritora del libro fundacional del feminismo La Vindicación de los Derechos de la Mujer.
Sin embargo, la escritora no conoció a su mamá, quien murió en el parto tras darla a luz. Dicen que a menudo la visitaba en el cementerio y se sentaba a leer al costado de su tumba, desarrollando cada vez más la pasión por las letras.
Esa fuerte conexión a la pérdida y la muerte, fue una dura historia que siguió repitiéndose, pues durante cuatro ocasiones consecutivas perdió a los bebés que estaba esperando. Solo uno llegó a nacer: Percy Florecen, en 1819.
Pocos años después, (1822), su esposo Percy Bysshe Shelley, se ahogó al hundirse su velero, durante una tormenta en la Bahía de La Spezia. Tras su fallecimiento, ella se dedicó a la educación de su hijo y a su carrera como escritora profesional.
La creación de Frankenstein
¿Sabías que Frankenstein nació como una simple tarea? Mientras Shelley estaba en Ginebra con su esposo formó parte de un grupo literario a cargo del escritor inglés Lord Byron, quien les encargó escribir una historia escalofriante.
Muchos concuerdan en que Frankenstein es una gran metáfora que aborda el nacimiento como algo creativo y destructivo a la vez, una tensión entre luz y oscuridad en la que Shelley exploró los rincones más tensos de su propia vida.
“Me dediqué a pensar en una historia, una historia que rivalizara con las que nos habían entusiasmado con esta tarea. Una que hablara sobre los miedos misteriosos de nuestra naturaleza y despertara un horror emocionante, una que hiciera que el lector temiera mirar a su alrededor, que helara la sangre y acelerara los latidos del corazón. Si no lograba esto, mi historia de fantasmas sería indigna de su nombre”, dijo la misma Mary Shelley en una de sus cartas.
Desde este relato, la autora consiguió una fama y prestigio extraordinarios cuando ser mujer y escritora en el Londres victoriano era poco frecuente.
Otras obras:
Shelley también escribió otras obras. Títulos como Mathilda; Valperga; El último hombre; Lodore, y Falkner, forman parte de su autoría. En varios de ellos, incorporó muchos elementos autobiográficos, como la relación con su padre y también temáticas feministas con las que expuso el rol de la mujer en la sociedad inglesa.
La escritora murió en 1851, a la edad de 53 años, víctima de un tumor cerebral.